Nos conocimos en un mal momento o eso me gusta pensar, porque aunque no creo en el destino, sé que el azar a veces se equivoca y quién sabe, podríamos hacer que esto estuviera predestinado, pero en un futuro. Así que te esperaré dentro de unos meses, cuando llevemos unos cuantos recuerdos más en la espalda, puede que en la tetería del centro o en el parque de rosas donde me gusta tomar fotografías, no lo he decidido todavía. Llevaré otro vestido, uno que se convertirá en mi favorito y tú puedes escoger otra canción, una que pronto amaremos. Pasearemos por la ciudad de la mano, hablando por los codos o compartiendo el silencio, o puede que nos encontremos en una librería y empezarás a hablar sobre Levy o Hemingway y me quedaré viviendo en tus ojos. Aunque con lo patosa que soy, seguro que me tropiezo y nos reencontramos mientras me ayudas a recoger las cosas que se me han caído del bolso.
Sea como sea, pronto tendremos otro corazón en el pecho que cuidar.
Y aunque no te lo creas, no me preocupa el tiempo, ni la espera, ni todas las mentiras que tendré que oír antes de que aparezcas. Tengo nuestras ganas entre las manos y sé que cualquier día de estos harán su efecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué te ha parecido? ¿Tienes alguna crítica constructiva? ¡Comenta y opina!