Es una lástima que te quedaras
dormido. Aquella noche fue como la serie inglesa que solíamos ver
todos los fines de semana, las cosas sucedían lentamente y todo se
multiplicaba por tres, era como un trance que se adhería a la
cabeza, que nos cerraba los párpados, que nos hacía girar y reír. Éramos la parte desechada de la sociedad y con carcajadas le decíamos
al resto del mundo que nos importaba una mierda.
Una botella tras otra, improperios más
altos que los anteriores y una hoguera que actuaba de santuario. En
ese momento era solamente un punto de energía en el universo, y
joder, qué bien me sentía.
Recuerdo que no parabas de buscarme con
la mirada y de decirme que fuéramos a un lugar más tranquilo, cómo
si eso pudiera darme un poco de paz. ¡Joder, yo estoy jodida! Y
quiero estar tranquila Jeff, solo quiero respirar un rato y dar
algunos saltos. ¿Por qué te importa tanto hablar de lo que nos
ocurre? Ya tengo suficiente con vivirlo. Quiero tocarte, poner cada
mano a un lado de tu cara, cantar a Bob Dylan a pleno pulmón, patear
cualquier cosa, y follar contigo. No quiero amor, no hoy, yo no valgo
para eso.
Sabes Jeff, a veces pienso que no
debería estar viva, no entiendo nada. Debería poder volar, sabes,
desplegar mis alas, igual que cuando hacemos el amor. Ya no sé ni
que digo, la verdad es que estoy bastante colocada, y encima no paro
de reírme. Será mejor que me calle porque tú ya te has dormido.
Pobre Jeff, atrapado por la puta loca de Marianne.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué te ha parecido? ¿Tienes alguna crítica constructiva? ¡Comenta y opina!