Tus ganas van hacia delante, porque las que suben, terminan perdiéndose en la bajada.
Y te sientes tan vivo que lloras.
La maraña de sentimientos no quiere ser desenredada, para qué. Y abrazas hasta lo malo, porque incluso eso, te hace ser quien eres.
Y todo es más brillante. No es más perfecto ni más bueno, pero rezas para que no parezca un cuento, porque son aburridos, previsibles...Los cuentos no te despiertan a las cuatro de la mañana picando a tu puerta para llevarte fuera de la ciudad, tampoco te sacan de tus casillas y te hacen desear poder gritar en lo alto de una montaña. Los cuentos no te corren el rímel, ni te levantan la falda.
Porque podemos hacerlo simple, pero no fácil. Y esa es la gracia.
Llorar hasta desplomarte y besar hasta desgastarte.
Y vives, porque lo elijes.
Y lo abrazas, porque hasta el lado oscuro de la luna tiene su encanto.
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